Dos minutos para pensar

Pensamientos, vacios, angustias y tristezas. Cosas q golpean y van marcando nuestro caminar. Lo hacen frio y dificil, pero un nuevo viento nos acompaña con nuevas fuerzas para seguir.No dejes de confiar en El. Es el único q siempre está

El alma busca salir del encierro de su propia cárcel. Si los ojos son la luz que ilumina nuestro interior, esa luz busca por otra mayor, escapando de su soledad. ¿Por qué esconderse, por qué no se anima, por qué sigue tapando su dolor? El hombre con sus pensamientos... es un nudo muy dificil de desatar. Comprender nuestras propias acciones es una gran empresa por resolver. No te conformes con espiar tras las hendijas, animate a salir de la habitación.

Cuando no podemos extender alas para volar, somos como presos en las cárceles de nuestra misma alma. Cárceles construidas con los barrotes de nuestras decisiones, pensamientos, indiferencias. Cárceles con paredes de angustia, tristeza y soledad. Cárceles que permanecen frias y atan nuestras manos para no poder actuar. ¿Cómo salir de ellas? ¿Cómo movernos en libertad? La libertad de sentir, amar, dar, hacer, expresar. La libertad que le permite al corazón decir sus verdades. Cárceles... Libertad...

Cuando nos conformamos con remiendos, en lugar de permitir ser sanados, somos como seres atados a un mundo que nos impide levantar vuelo. Nuestra alma pertenece a las alturas, nuestro espíritu quiere levantar el vuelo que su misma genética le impulsa, pero esos remiendos.... esos remiendos... No te conformes a las cicatrices, permití ser sanado. ¿No?

¿Por qué no tomarnos de esa mano extendida, que puede sacarnos de la sequedad del desierto? ¿Por qué el hombre se resiste a ser socorrido? ¿Por qué no entregar el corazon quebrado al que lo puede arreglar? Muchas veces nos conformamos con remiendos, porque es lo más que podemos hacer en nuestra soledad. Remiendos.