Antidoping


2 Timoteo 2:5 NVI

"Así mismo, el atleta no recibe la corona de vencedor si no compite según el reglamento."

¿Te acordás de Ben Johnson? Bueno, muchos capaz no saben de quién hablo. Fue un corredor de atletismo, campeón de 100 m llanos en las olimpiadas de 1998 en Seúl, Corea. Tuvo un desempeño excepcional, ya que superó su propio récord de 5 años antes, con una marca de 9.79 segundos, pero que a los pocos días de la carrera le fue quitada la medalla de oro porque se descubrió que había consumido anabólicos.

Es un poco una tendencia bien humana. Querer violar las normas establecidas para obtener resultados favorables o beneficios personales. Es el famoso "el fin justifica los medios". Es la conocida "viveza criolla" pero a escala mundial.

En realidad no tiene mucho que ver con las nacionalidades sino más con la conducta humana: ambición de poder, búsqueda de reconocimiento, hambre de fama o gloria, salir en las portadas internacionales, recibir premios cuantiosos, no perder el lugar que alguna vez se había ganado; también la desconfianza de nuestra propia capacidad, o la pérdida de la misma por el avance de los años; cosas que hablan de la miseria humana, nada más.

Pero aunque nos parezca divertido y hasta beneficioso romper reglas y violar normas, las cosas en la vida no siempre resultan como queremos. Hay un sistema, hay una manera de hacer las cosas y a la que debemos adoptar.

Ya lo dijo Rousseau al escribir su "Contrato Social", el estado de derecho requiere del cumplimiento de normas, reglas, obligaciones y responsabilidades. A todo derecho le acompaña una obligación y es la manera de construir una sana convivencia social.

Por mucho que nos guste, las cosas no se hacen solo a nuestra manera sino que en definitiva, a la manera establecida, según la norma instituida, según los requisitos del mismo sistema o cosa donde queramos intervenir.

Es normal que cuando vamos teniendo experiencia, queramos movernos según nuestro criterio.
Es habitual que ignoremos consejos o enseñanzas, solo por el hecho de no estar de acuerdo, de pensar distinto. Pero tener la capacidad de hacer las cosas no es suficiente para considerar que esas cosas estén bien hechas.

El rebelde obedece cuando está de acuerdo con lo que de le manda, y cree que eso es ser hombre maduro. Pero obedecer por estar de acuerdo no es obediencia, solamente es estar de acuerdo.
La verdadera obediencia está en hacer lo que se nos manda o se nos pide, aunque no estemos de acuerdo.

Dice 2 Timoteo 2:15 "Así mismo, el atleta no recibe la corona de vencedor si no compite según el reglamento." y es que hay una manera de hacer las cosas y no es a nuestra manera, es a la manera de Dios.

¿Estás sirviendo a Dios? ¿Anhelás servir a Dios? ¿Estás empezando a seguir los pasos de Jesús? ¿Estás procurando vivir una vida cristiana? Hay una manera de hacer las cosas y no es a nuestra manera, es a la manera de Dios.

Que tengas un excelente día!

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