Nutrición

Hace muchos años atrás trabajé con una persona alcohólica. Supuestamente estaba en recuperación, pero por lo bajo todos sabíamos que seguía tomando. Era muy extraño. Su conducta era 'normal'. ¿Qué quiero decir con normal? Que trabajaba normalmente, cumplía sus horarios y responsabilidades. No faltaba nunca, salvo si se enfermaba... después llegó un momento donde ya vivía enfermo. Pero no daba ninguna señal física de estar alcoholizado. Pero había una. Transpiraba con olor a alcohol.

Con el tiempo aprendí que eso era un síntoma de cirrosis. El hígado ya no le funcionaba, estaba tapado y no filtraba nada, por lo tanto el alcohol se iba en la sangre y de la sangre al sudor.

Es increíble (o no tanto) como nos vamos convirtiendo en lo que consumimos. Parece muy extremista pero ¿no dicen acaso los nutricionistas que 'somos lo que comemos'?

Bueno, somos físicamente lo que consumimos. Y anímicamente. Y emocionalmente, Y espiritualmente.

Esta semana estuve hablando acerca de los pensamientos, qué pensamos, cómo se forman nuestros pensamientos y nuestro criterio, y como a partir de ahí, hablamos y transmitimos lo que pensamos, lo que recibimos, lo que oímos.

Somos lo que consumimos, lo que escuchamos, lo que miramos. Somos la consecuencia de 'a quien escuchamos', porque sin querer o queriendo nos convertimos en el 'fruto' que hace conocer al 'árbol'.

¿Qué estás consumiendo? ¡No, pará! No hablo de drogas (o si) ¿Qué leés? ¿Qué programas mirás? ¿A quién escuchás? ¿Cuál es tu medio de esparcimiento? ¿Qué ocupa más tiempo en tu vida?

Si te pido una lista de autores, escritores, pensadores, deportistas, artistas, cantantes, periodistas de la farándula o de divulgación científica, ¿cuál tendría más nombres?

Si pasamos más tiempo escuchando chismes que palabras que nos edifiquen. En eso nos vamos a convertir.

Somos lo que comemos. ¿De qué te estás alimentando?



Comentarios

Entradas populares de este blog

ARQUITECTOS

Adolescentes

EL GOBIERNO QUE NOS MERECEMOS